Hechos:

Nuestros clientes eran el conductor y el pasajero de un vehículo detenido por un semáforo en rojo. Mientras estaban detenidos, nuestros clientes fueron chocados por detrás por el vehículo culpable. Lamentablemente, no se llamó a la policía al lugar.

El caso:

Nuestros dos clientes resultaron heridos como resultado del accidente, pero ninguno de ellos fue al hospital para recibir atención inmediata. Al día siguiente, ambos clientes acudieron a urgencias y posteriormente comenzaron un tratamiento quiropráctico conservador. Al recibir los resultados de la resonancia magnética, quedó claro que sus lesiones justificaban el límite de la póliza de lesiones corporales de la parte culpable. Nuestra oficina envió inmediatamente una demanda por el límite total de la póliza. Desafortunadamente, la compañía de seguros del conductor culpable respondió a nuestra demanda con una oferta extremadamente mínima indicando que no creían que las lesiones estuvieran relacionadas con este accidente y que las facturas médicas en las que incurrieron los clientes estaban infladas.

El resultado:

Nuestra oficina supo instantáneamente que la oferta mínima del seguro del conductor culpable era una táctica de miedo y que ambas reclamaciones valían el límite de la póliza. Los clientes confiaron en nuestro consejo y nos permitieron descubrir el engaño de la compañía de seguros. Presentamos una demanda y casi de inmediato recibimos las ofertas de límite de póliza completas para ambos reclamos, sin necesidad de un litigio formal.